viernes, 21 de agosto de 2009

Norne nambar tambari rautar

Norne nambar tambari rautar (Duros martillos golpean los metales)
nárissen eresseo (en los fuegos de la soledad)
Ve i orne kira sulkarya nóresse (Como el árbol hunde sus raíces en la tierra)
ar i olwar helde ortan yestie i eleni (y sus ramas desnudas se elevan deseando las estrellas)
Sin tálunya nár Endoresse (Así mis pies están en el Mundo)
Sin máunya merear mapaie i ilma haira (Así mis manos quieren atrapar la luz lejana)
Etya ná ve lassi roitar i súre lelyatar (Tu eres como las hojas que persiguen al viento viajero)
ve lothi i hákaret ar apafirar (como las flores que se abren y mueren después)
Henunya roitar te imbe i kweni (Mis ojos te buscan entre la gente)
Ananta rankonya firar Kúmanese ealo lúmea (Pero mis brazos sienten el vacío de tu ser temporal)
Etye tulta yánaesse olorion rákinar (Te irás al lugar de los sueños rotos)
Ulyalesse estelo tára (Al vertedero de las esperanzas nobles)
Nárissen eresseo (A los fuegos de la soledad)
masse norne nambar tambari rautar (en donde duros martillos golpean los metales)

jueves, 20 de agosto de 2009

Reflexiones II

Dinero. Todo el mundo lo ambiciona, todo el mundo quiere más.

¿Qué nos proporciona en verdad el dinero?

¿Poder? El poder obtenido por medio del dinero no es nada, solo gente que te acepta como poderoso esperando tu caida, para lograr arrebatartelo.

¿Un nombre a recordar? Si, una bonita lápida, o un entierro por todo lo alto; por no mencionar los cuervos que recordaran tu nombre para sacar provecho ellos mismos.

¿Un puesto? Va de la mano con el poder, solo debes caer y los chacales se abalazarán sobre las migas de lo que hayas dejado atrás.

¿Respeto? El dinero puede comprar muchas cosas, pero no el respeto; debemos lograr el respeto por nuestras acciones, lo que somos, no por lo que tenemos.

¿Amor? Amor y dinero. Me rio. Son como el agua y el aceite, imposible de mezclar, no por mucho tiempo al menos. Puedes gastar tu dinero en sentirte amado, pero tras ello lo único que tendrás es una mayor ceteza de tu propia soledad.

¿Qué me ha dado a mi el dinero me pregunto?

La respuesta es sencilla: nada. No quiero ser hipócrita y negar que haya gastado en caprichos y tribialidades, lo he hecho y no lo quiero ocultar.

La pregunta bien planteada es: ¿El dinero me ha proporcinado algo que merezca la pena?

A mi no, y creo que la mayoría podría dar mi misma respuesta a esta pregunta.

¿Algo que merezca la pena se consigue por medio de la riqueza material?

miércoles, 19 de agosto de 2009

Mi búsqueda

Sólo una cosa pude hacerdes
de el mismo momento en que te vi,
sólo una cosa se hacer
desde el día en que te conocí.

Eso que ya sólo hago
es anhelarte, quererte y desearte,
es sin parar buscarte
para intentarte encontrar.

Escucho el agua buscando tu voz,
porque se me antoja que su frescura le viene de vos.

Y en la noche miro el firmamento
buscando las dos estrellas que son tus ojos
que cegado me dejaron cuando de frente los mire.

Y le pregunto al Sol si ha descubierto el único destello que supera el de su amada,
porque ni la belleza de la Luna se iguala
al de tu delicada figura.

Esa figura de locura,
delicada flor extraña
hacen que mi cuerpo arda,
como arde el amanecer,
y te pido pronto, vida mía,
que pronto te dejes ver,
que vengas cuanto antes
para que cures este tormento
que sacude todo mi ser,
que de no verte me estoy quedando
sin fuerzas para amar otra vez,
porque mi corazón te llevaste
y no me lo has vuelto a devolver.

martes, 18 de agosto de 2009

Reflexiones I

Hago una pausa para limpiar mi pluma. Los finos trazos de mi caligrafía se convierten en lamparones sobre el pobre papel.

Demasiadas palabras acuden a mis manos, deseosas de ser escritas, sin embargo no estoy seguro de que deba plasmarlas. Me pregunto ¿Por qué escribir nada? Sin duda escribir me ayudará a aclararme, a poner en orden mis ideas.

Pero cuando me siento y afronto la tarea vacilo. No paro de preocuparme por si en realidad he logrado algo, a todo el mundo le gusta saber que ha logrado algo. ¿Qué he conseguido yo?

¿Dinero? ¿Poder? ¿Un nombre a recordar? ¿Un puesto? ¿Respeto?

¿Amor?

¿Qué he conseguido en realidad?

El estanque

Cuenta una leyenda
que en lo profundo de un bosque
vivía una ninfa
una ninfa en un estanque;
maravillosa criatura que a un mortal encantó
pobre mortal que prendado desesperadamente quedó.

Tenía este hada
la caballera azabache,
cuya belleza envidiaba
la mismísima noche;
musa de profundos ojos,
de brillante destello,
que como dos deslumbrantes zafiros
embellecían aún más su cabello.

Un divino pecado era su cuerpo
anhelante deseo de todo lo deseado
a la par alcanzable e imposiblemente alcanzado.

Sus dulces pechos, sus caderas
y sus sonrosados labios,
delicia de dioses, locura del hombre civilizado.

Y el pobre mortal encantado,
descubrió su paradero y corrió para darle alcance,
pero la ninfa descubierta,
en rocío se convirtió.

¡Pobre hombre, el del estanque,
que ni los intentos de cura que Dios intentó
consiguieron alejarle de su tristeza de amor!

¡Pobre desgraciado,que por amor a un sueño
al estanque se arrojó!

lunes, 17 de agosto de 2009

Pétalos de amor

Dime corazón,dime
que es lo que te oprime
y te hace lamentar.

Dime que te pasa,
aliento de mi vida
que no paras de llorar.

"Nada" me respondes
con las lagrimas
que en mis errores
me hacen pensar.

Nada, nada es lo que queda
de lo que un dia fue nuestro amor,
sólo queda un pequeño rastro
de pétalos de amor.

domingo, 16 de agosto de 2009

LLuvia de dolor

Llueve afuera y en mi corazón
llueven lágrimas amargas de dolor
de tristeza y desazón,
lentas y pesadas caen por mi rostro
para caer finalmente, derramándose
en mi destrozado corazón.

Llueven amargamente lágrimas de mis ojos
y las nubes lloran con gotas de desesperación
porque sienten el sufrimiento que hace presa de mi,
causándome el mayor dolor.

Dulce criatura, amada niña mía,
¿por qué te has ido?
¿por qué te has marchado dejándome malherido?

Ya no oiré tu dulce voz llamándome en susurros,
ni disfrutare de la ternura de tu maravilloso rostro,
ni volveré a cegarme con tu brillante mirar,
ni podré volver la vida a disfrutar.

Sigue lloviendo y yo maldigo,
con odio decidido
a un injusto Dios,
que celoso de un mortal
decidió llevarse a la más bella estrella
y negarme al no tenerla la existencia y el poder amar.

¡Lo maldigo mil veces, malherido!

¡Maldito seas, Dios, maldito!

Ya no temo tu represalia eterna que por maldecirte recibiría
ya que mayor sufrimiento no me pudiste dejar que el no poder sentirla y oirla respirar.

Y sigue lloviendo mansamente en mi pobre corazón
porque desesperado advierto que el no sentirte aquí conmigo
es el mayor y más triste de los castigos.

Y me doy cuenta, amargado, que ya ni el agua,
ni el aire, la fe o la razón me sirven,
porque lo único que me valía era el haberte conocido
y ahora mi tormento es por siempre el haberte perdido.

¡Ya sin ti de nada me sirve el haber nacido!