jueves, 20 de agosto de 2009

Reflexiones II

Dinero. Todo el mundo lo ambiciona, todo el mundo quiere más.

¿Qué nos proporciona en verdad el dinero?

¿Poder? El poder obtenido por medio del dinero no es nada, solo gente que te acepta como poderoso esperando tu caida, para lograr arrebatartelo.

¿Un nombre a recordar? Si, una bonita lápida, o un entierro por todo lo alto; por no mencionar los cuervos que recordaran tu nombre para sacar provecho ellos mismos.

¿Un puesto? Va de la mano con el poder, solo debes caer y los chacales se abalazarán sobre las migas de lo que hayas dejado atrás.

¿Respeto? El dinero puede comprar muchas cosas, pero no el respeto; debemos lograr el respeto por nuestras acciones, lo que somos, no por lo que tenemos.

¿Amor? Amor y dinero. Me rio. Son como el agua y el aceite, imposible de mezclar, no por mucho tiempo al menos. Puedes gastar tu dinero en sentirte amado, pero tras ello lo único que tendrás es una mayor ceteza de tu propia soledad.

¿Qué me ha dado a mi el dinero me pregunto?

La respuesta es sencilla: nada. No quiero ser hipócrita y negar que haya gastado en caprichos y tribialidades, lo he hecho y no lo quiero ocultar.

La pregunta bien planteada es: ¿El dinero me ha proporcinado algo que merezca la pena?

A mi no, y creo que la mayoría podría dar mi misma respuesta a esta pregunta.

¿Algo que merezca la pena se consigue por medio de la riqueza material?

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