martes, 18 de agosto de 2009

El estanque

Cuenta una leyenda
que en lo profundo de un bosque
vivía una ninfa
una ninfa en un estanque;
maravillosa criatura que a un mortal encantó
pobre mortal que prendado desesperadamente quedó.

Tenía este hada
la caballera azabache,
cuya belleza envidiaba
la mismísima noche;
musa de profundos ojos,
de brillante destello,
que como dos deslumbrantes zafiros
embellecían aún más su cabello.

Un divino pecado era su cuerpo
anhelante deseo de todo lo deseado
a la par alcanzable e imposiblemente alcanzado.

Sus dulces pechos, sus caderas
y sus sonrosados labios,
delicia de dioses, locura del hombre civilizado.

Y el pobre mortal encantado,
descubrió su paradero y corrió para darle alcance,
pero la ninfa descubierta,
en rocío se convirtió.

¡Pobre hombre, el del estanque,
que ni los intentos de cura que Dios intentó
consiguieron alejarle de su tristeza de amor!

¡Pobre desgraciado,que por amor a un sueño
al estanque se arrojó!

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